El BCE detecta una caída de la tensión y seguirá subiendo tipos
Bruselas ultima su revisión de la norma de mercados que podría incluir el fin de las comisiones por venta de fondos, planes de pensiones y seguros.
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La tormenta bancaria no es cosa del pasado, pero lo que queda de ella en Europa, en términos de riesgo sistémico, es ahora mismo un eco. Así lo ven en el Banco Central Europeo (BCE) y así lo refleja su indicador de estrés financiero, una herramienta creada expresamente para monitorizar estas situaciones y que ahora abre la puerta a que la institución prosiga con su ciclo de subidas de los tipos de interés.
Un mes después de la caída de los bancos estadounidenses que encendió la mecha que acabó con la intervención de Credit Suisse, este indicador de estrés, que llegó a situarse a medio camino del nivel alcanzado en episodios como la pandemia, se ha rebajado prácticamente a la mitad. Esto supone que, si bien esa tensión no ha remitido por completo y las autoridades mantienen la vigilancia, sí ha dado a la institución un balón de oxígeno para proseguir su batalla contra la inflación.
"Cuanto más tiempo pasa de la intervención de Credit Suisse, más crecen las posibilidades de que el BCE pueda mantener los planes de alzas de tipos que tenía antes de la tormenta", señalan fuentes financieras.
Impacto suave
Los distintos miembros del Consejo de Gobierno del banco central han reiterado la necesidad de monitorizar la situación bancaria y sus implicaciones para la estabilidad financiera. Sin embargo, coinciden en que, si finalmente no tiene impacto sobre la economía real y se mantienen intactas las proyecciones de crecimiento e inflación publicadas en marzo, el endurecimiento monetario deberá continuar. Y ese escenario parece estar cobrando fuerza.
"Si el escenario base de las proyecciones de marzo se confirma, tendremos camino por recorrer para asegurarnos de que las presiones inflacionistas son erradicadas", han señalado recientemente de forma tanto Christine Lagarde, la presidenta del BCE, como Pablo Hernández de Cos, el gobernador del Banco de España.
El gobernador añadía que, hasta la fecha, el impacto sobre la economía europea ha sido "relativamente suave", un comentario que da pistas de que en el seno del banco central se cree que las proyecciones pueden seguir estando actualizadas.
Incluso el halcón monetario Robert Holzmann, gobernador del Banco de Austria, ha adelantado que "una subida de 50 puntos básicos todavía está sobre la mesa para la reunión de mayo". Era algo impensable hace apenas unas semanas, pero que acerca todavía más un incremento de tipos.
Más de 25 puntos básicos
El mercado, de hecho, ya comienza a ponerlo en precio. Por el momento, los futuros han descontado por primera vez que el movimiento de mayo podría ser algo superior a una subida de 25 puntos básicos. Según avancen las fechas, se espera que los inversores vayan posicionándose hacia un incremento mayor, dando un 50% de probabilidades a una subida de 25 puntos básicos y un 50% a un alza de 50 puntos básicos. Medio punto arriba es el escenario central de la mayoría de analistas monetarios. Un incremento de 50 puntos básicos supondría la séptima subida de tipos consecutiva y llevaría el precio del dinero al 4% (la tasa de refinanciación, que es la más popular).
Según fuentes cercanas al Consejo de Gobierno del BCE, en la decisión final tendrá mucho peso la encuesta sobre la situación del crédito en Europa, que se publicará poco antes de la cumbre de mayo.
Una fuerte paralización del sector financiero, que de momento no se ha detectado, podría elevar las posibilidades de que la autoridad monetaria opte por la cautela. Sin embargo, la encuesta de crédito coincide con el periodo de blackout, por lo que los banqueros centrales no podrán modificar sus guías al mercado para tratar de que la decisión sea lo más predecible posible.